La invasión freestyle en los espacios de la música callejera de Concepción

REFERENCIA

Rodríguez Vega, N., & Masquiarán, N. (2019). La invasión freestyle en los espacios de la música callejera de Concepción. In XXIII Conferencia de la Asociación Argentina de Musicología y XIX Jornadas Argentinas de Musicología del Instituto Nacional de Musicología “Carlos Vega” (La Plata, 23 al 26 de agosto de 2018).

RESUMEN

El artículo tiene como objetivo problematizar respecto a los músicos callejeros de Concepción, y en específico a los freestyler. Otro objetivo, es discutir como el auge del freestyle, ha tenido que enfrentarse a los prejuicios y prácticas de los músicos tradicionales, cambiando el paradigma del músico callejero. 

La investigación consta de dos etapas: la primera tiene como objetivo hacer una caracterización de los músicos de Concepción, generando categorías y definiendo características de la música callejera; la segunda etapa se propone analizar las problemáticas que surgen con la incorporación del freestyle a la escena callejera. Se hace hincapié en lo disruptivo del freestyler en comparación con los músicos tradicionales.

Antes de comenzar a profundizar en las etapas, se hace una breve descripción histórica en relación al surgimiento de la música callejera. Comentan los autores que bajo el proyecto socialista, se integra paulatinamente un estilo de música con contenido político, en un fenómeno que se denomina la Nueva Canción Chilena. Este movimiento es reprimido por la dictadura y cortada de raíz, quedando excluida de espacios públicos. Las canciones adoptan un simbolismo de resistencia. Durante la década de 1980, los músicos van apropiándose de espacios públicos como oficio informal. De esta forma espacios como la locomoción, calles y galerías, son usados por diferentes músicos, que comparten el símbolo de resistencia en su mensaje.

Luego viene la caracterización de los músicos/as de la calle. Consta de seis categorías: repertorio, que viene siendo prioritariamente folk/pop; cualidad del músico/a, que alude a la autopercepción bajo la dualidad artesano/a y artista; cualidad del producto musical, que varía entre lo funcional/estético; cualidad de la práctica, si la actividad es permanente/circunstancial; relación con la tecnología, donde aparecen los parámetros independencia/dependencia; y por último, cualidad del otro, que alude a la actitud frente a quién es considerado músico/a y quién no, utilizando los conceptos exclusión/inclusión.

Se desprende de esta categorización que hay dos tendencias opuestas y están regidas por grupos etarios, el grupo A que ronda los 40 años y el grupo B que ronda los 25. El grupo A está ligado al repertorio folk, cualidad de artesano/a, cualidad del producto de modo funcional, cualidad de práctica permanente, relación de autonomía frente a las tecnologías, y una actitud de exclusión. El grupo B, es todo lo contrario.

Llegando a la mitad del artículo comienza la definición del freestyle propiamente tal. El freestyle es la habilidad de improvisar rimas sobre una base rítmica o melódica. Relacionado históricamente al género musical rap, que está ligado a su vez al hip hop. Se señala el contexto histórico del freestyle, que surge en la década de 1970 en el barrio del Bronx, Estados Unidos, y en la década de 1980 en Chile. Se comenta el fenómeno de las batallas de gallos, en la cual dos freestylers se enfrentan, y se agrega la diferencia entre batallar y freestalear. Mientras que la batalla implica una competencia y un vencedor, el freestyle no necesita enfrentarse.

Se nombran los espacios donde usualmente el freestyler se mueve para trabajar (su espacialidad), el transporte público y puntos fijos, este último tiene como característica estar en la zona céntrica pero no en el lugar de mayor concurrencia, puesto que es más riesgoso al estar expuestos a la expulsión de parte de las autoridades. Se describe una diferencia substancial en lo referente a los espacios, y es que en el transporte público no se puede eludir un espectáculo.

Cuenta además el artículo como los freestyler tienen que negociar la territorialidad, esto se traduce en acciones como contar con permisos de micreros, y respeto por otros músicos o comerciantes.

Se establece finalmente que el grupo A, es decir, el grupo que ronda los 40 años, es una suerte de núcleo hegemónico que marca el criterio de autenticidad, debido a la connotación histórica que posee, la música de resistencia y con contenido político.