Transversalidad social del tango

Para entender las claves del arraigo y desarrollo del tango en el puerto es necesario hacer hincapié en cómo este género no fue difundido únicamente por los medios de comunicación masiva de la época como el cine o la radio, como quizás se podría pensar, sino que además fue de vital importancia la existencia de diversos actores como las agrupaciones sindicales, juntas vecinales y la figura del músico argentino en Valparaíso.

Primero que todo, refiriéndonos a los grupos de trabajadores y juntas de vecinos, es bajo el alero de estos que el tango comienza a cobrar fuerza dentro de los barrios, esto debido a que, por un lado, facilitaban una gran cantidad de espacios en aquella época, como por ejemplo los locales del sindicato de trabajadores ferroviarios o de Chile tabacos, que eran algunos de los lugares de tango más populares en la ciudad.

Además de esto, muchos de los mismos trabajadores que, en varios casos eran también músicos de diversas agrupaciones, pertenecían a clubes deportivos de barrio o juntas de vecinos de diferentes cerros, lo cual terminaba por crear conexiones diversas provocando una gran identificación a nivel barrial con el fenómeno del tango y sus protagonistas locales, lo cual, a la vez, explica su permanencia en el tiempo.

Cabe destacar que esta misma relación entre el tango porteño y su identificación con los sectores obreros y de organización social fue lo que terminaría por cortar de forma abrupta a raíz del golpe de estado. La disolución de los sindicatos en el año 1973 y durante prácticamente todo el periodo de dictadura, incluso cuando la música en sí misma no tuviera connotaciones políticas o contestarias.

Matizando por otro lado, para además graficar la transversalidad del tango en cuanto a clases sociales, podemos hablar de cómo la figura de diversos músicos argentinos que emigraron hacia Chile por diversas razones dan forma también al núcleo más elitista, por llamarlo de alguna manera, de los músicos de tango en la V región. Podemos tomar el caso de Antonio Rodio como ejemplo. Él fue un violinista nacido en Italia y criado en Argentina, titulado como profesor de violín a los 15 años y que, luego de trabajar en orquestas de cine durante varios años, decide venir a Chile ya que, luego de la invención del cine sonoro, hubo una crisis laboral para los músicos en Buenos Aires.

Siendo un músico de formación académica, al llegar a Viña del Mar comienza a reclutar músicos con estudios formales para formar una orquesta que posteriormente tendría un número fijo en el casino de la ciudad jardín. Mucho se hablaba de su rigurosidad como director de orquesta, además de su mal carácter hacia los músicos cuando consideraba que la música no sonaba como debía, pero la figura de este director y compositor, que además venía de trabajar con músicos como Gardel, Piazzolla, Trolio, entre otros, marcaba un precedente de la profesionalidad con la cual también se practicó el tango en aquella época, siendo un fenómeno que abarcó todos los escaños de la sociedad a mediados del siglo XX.

Molina, Cristian; Karmy, Eileen (2012). Tango viajero: Orquestas típicas en Valparaíso (1950-1973). MAGO Editores.

Cerda, Javiera; Jara, Víctor y López, Francisca (2021). Transversalidad social del tango. Wikimus. http://wikimus.cl/wiki/transversalidad-social-del-tango/

[Afiche de Antonio Rodio con la leyenda “El alma que canta. Antonio Rodio”]. Recuperado el 10 de marzo, 2022, https://www.ventanadelnorte.com/antonio-rodio/